jueves, 12 de noviembre de 2015

La roca: dispara o muere...

14 de agosto en Cantabria no es sinónimo de buen tiempo, y mucho menos si los días anteriores son de esos en los que el calor aprieta más de la cuenta...

El caso es que teníamos a nuestro amigo madrileño Kike en nuestro territorio y no podíamos dejarle dormir así como así. Queríamos salir a disparar, pero todas las previsiones meteorológicas estaban en nuestra contra, hasta que saltó la liebre.


La Roca.

¿Imaginas una localización a poco más de 30 minutos en coche de tu casa?  y que encima tiene encuadres en exterior e interior. Pues así es La Roca, un edificio abandonado de dimensiones descomunales con pasillos inmensos y salas enormes, el paraíso del fotógrafo nocturno.

Después de contarle a Kike detalles sobre la localización, ya le teníamos casi casi con la mochila en la espalda jejejeje. No habíamos quedado muy tarde para poder enseñarle la localización de día, ya que él no la conocía y así podría hacerse una idea de los encuadres para esa misma noche. Después de un paseo y comentar la jugada, decidimos volver a por los equipos y empezar a disparar en el exterior ya que aún no llovía, pero sería cuestión de tiempo que empezase...

Trípodes, linternas, comentamos la jugada y ¡decidimos empezar a lo grande!. 
Teníamos una enorme fachada llena de ventanas, cielo con nubes y un enorme pabellón elevado con más habitaciones a nuestra derecha. La idea era iluminar las habitaciones de la derecha con una antorcha de led cálida para que nos guiaran hasta una de las ventanas de la fachada, en la que uno de nosotros se haría un contra con un flash. Teníamos asignados nuestros puestos, Kike en la ventana para el contra, yo correteando por los pasillos para iluminar las habitaciones del pabellón superior y Josemi a los mandos de las cámaras. Una vez cada uno en su puesto, comenzamos a medir luces y 3,2,1  ¡Lo tenemos!



Justo después de terminar nuestra primera toma, decidimos adentrarnos en los pasillos... y justo en ese momento, apareció la que sería nuestra compañera durante toda la noche. Menos mal que ya la conocíamos y fuimos más listos que ella, una vez más, la lluvia. Nuestras predicciones se cumplieron y comenzó a llover con contundencia, Cantabria y verano no son sinónimos de buen tiempo!




Una vez en el interior, los tres fuimos derechos al mismo sitio, sin hablar, sin preguntar, sabíamos lo que queríamos y fuimos derechos a por ello.

Un pasillo estrecho, largo y con ventanas a los lados, al fondo, unas escaleras que suben.

Como ya sabéis, una de nuestras marcas es incluir personajes en nuestras escenas, casi siempre entre sombras y contra luces, todo tiene su explicación y es que, una referencia humana da a nuestras fotografías una escala, un punto de referencia para imaginarnos las dimensiones del tamaño ya sea para mostrar la inmensidad de algunos paisajes como acantilados o como en este caso, profundidad a nuestro pasillo.

Una vez teníamos nuestro encuadre fijado, decidimos comenzar a medir nuestras luces, a colocar nuestro personaje (en este caso me tocó posar a mí) en el lugar que mejor nos venía y una vez todo preparado, ¡¡¡a disparar!!!

Sin duda un trabajo excepcional el de Kike con esa iluminación cálida en los laterales de las ventanas, era todo un lujo verle corretear de un lado a otro con la linterna en la mano.




Una noche que sin duda, volverá a repetirse en cuanto nuestro amigo Kike vuelva a visitarnos!!

Por aquí os dejo las redes sociales donde podéis encontrar sus Trabajos.



Y como siempre, todas mis redes sociales 
¿te lo vas a perder?



¡¡Un saludo y nos vemos en la noche!!


2 comentarios:

  1. Una pasada de fotos, una salida tremenda y un lugar para repetir

    ResponderEliminar
  2. Sin duda, y lo mejor la compañia!!!!
    Que buena entrada para reflejar una gran noche. Hay que volver a darle caña a ese salon de actos...
    Abrazos.
    Kike

    ResponderEliminar