Muy buenas a todos, locos de los pixeles!!!
Como ya os comenté en la Ultima entrada, la noche en la playa de Azkorri no había terminado, en realidad acababa de empezar.
Ya nuestro objetivo principal no era sólo llevarnos un puñado de fotos de la costa. José Miguel, como siempre... no deja escapar ni un detalle en la preparación de las salidas con el propósito de aprovechar al máximo la noche y ya días antes, me había comentado la existencia de un búnker a pie de playa. Tras indagar un ratillo por google y encontrar más bien poca información, decidimos pasar al plan B y rastrear la zona con google Maps, el gran aliado del fotógrafo nocturno... Tras unos cuantos intercambios de información, ¡¡¡ya lo teníamos acorralado y localizado!!!
Ya nuestro objetivo principal no era sólo llevarnos un puñado de fotos de la costa. José Miguel, como siempre... no deja escapar ni un detalle en la preparación de las salidas con el propósito de aprovechar al máximo la noche y ya días antes, me había comentado la existencia de un búnker a pie de playa. Tras indagar un ratillo por google y encontrar más bien poca información, decidimos pasar al plan B y rastrear la zona con google Maps, el gran aliado del fotógrafo nocturno... Tras unos cuantos intercambios de información, ¡¡¡ya lo teníamos acorralado y localizado!!!
Al llegar a la playa fue lo primero que buscamos, el dichoso búnker. Justo al fondo de la playa pegado al acantilado, al acercarnos nos dimos cuenta de que algo no cuadraba, las fotos que habíamos visto del mismo no conseguíamos ubicarlas sobre el terreno. Tras consultar nuestras referencias en el móvil y comentar la jugada, nos dimos cuenta de cuál era el problema, el acantilado que teníamos a nuestra espalda se había derrumbado considerablemente y ese derrumbe, había tapado el terreno desde donde habían encuadrado las fotos que nosotros habíamos visto...
¡¡NUESTRO GOZO EN UN POZO!!
Estábamos en la localización, teníamos nuestro objetivo enfrente y nuestras ideas en el coco, volver a casa no era una opción.
Tras decirle a Josemi que encuadrase y saltar por las rocas cual corzo, llegué hasta la puerta del búnker para colocar una linterna de mecánico con un filtro cálido, de esta forma tendríamos iluminado el marco de la puerta y así parecería que la luz procedía de dentro del búnker. Tras volver hasta la posición de Josemi saltando entre las rocas y hacer un par de pruebas, la foto realmente no decía nada... . Teníamos que hacer algo para llevarnos la foto a casa si o si. Volví a acercarme al búnker, con sus correspondientes saltos entre las piedras, pero esta vez no me lo pensé ni un segundo y comencé a trepar al más puro estilo Manuel López Frías (Manu currucu, esta va por ti!!!) y una vez conseguí llegar a lo alto, veía a Josemi con otra cara, esa que suele poner cuando la cosa cambia y sin preguntar, comenzó a darme instrucciones de cómo colocarme, hacia donde alumbrar y con qué intensidad. Después de unos pocos ajustes...
Como siempre, aquí tenéis el enlace directo a la entrada en el Blog de José Miguel Martínez
Blog José Miguel Martínez
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Un saludo y nos vemos en la noche!!
jajajaja tremendo el texto, una gran noche y buena foto
ResponderEliminarJajajajaja, que barbaridad!!!!...ahí, ahí dándolo todo. A veces un esfuerzo tiene su recompensa. Guapa con la referencia humana
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