¡¡¡¡Hola a todos locos de los píxeles!!!!
Aprovechando la festividad de los Santos Mártires en Santander y ya con la cámara entre las manos, mi amigo Chus y yo, decidimos salir de excursión para echarle un vistazo a una localización que tenia en mente desde hace ya un tiempo. La descubrí gracias a un grupo de fotografía nocturna al que sigo por las redes sociales (Luciérnagos), y después de un par de preguntas a uno de sus miembros, decidí que era el momento de ir a verlo de día. Se trata del Monasterio de Santa María de Rioseco, en la provincia de Burgos, construido en el siglo XII-XIII.
Una vez allí, después de dar unas cuantas vueltas por el Valle de Manzanedo, preparamos los equipos y comenzamos a subir por una pequeña pista de tierra y piedras. Mientras subíamos, escuchamos un fuerte sonido de agua y al asomarnos al borde de aquel tortuoso camino, vimos un pequeño salto de agua del río Ebro. Solo nos hizo falta una mirada para decidir que a la vuelta sería parada obligatoria jejejeje.
Después de un giro de 180º, comenzamos a ver lo que parecían los muros casi derruidos de alguna de las dependencias del monasterio y, unos metros más arriba, vimos la primera verja que tras un pequeño zarandeo dedujimos que estaba cerrada (después vimos el candado). Media vuelta y a seguir caminando.
Poco más arriba, ya escuchamos las voces de gente, y después de subir una pequeñas escaleras los encontramos. En la puerta del monasterio, unas amables señoras (voluntarias) nos ofrecieron una visita guiada, que nosotros tras una pequeña charla rechazamos amablemente ya que no queríamos entretenerlas para que pudiesen atender a un grupo de personas que nos seguían. Una vez dentro, lo que más me impresionó, fue lo bien conservado que está ahora. Se puede caminar tranquilamente por casi todas las dependencias del monasterio, por la capilla, claustro y portería, incluso aún se conserva una escalera de caracol que, para mi asombro, no tenía nervio central.
Después de un buen rato buscando el encuadre apropiado en la escalera, noté como si me faltase algo y tras quedarme en silencio descubrí lo que era... ¿dónde está Chus? bajé por las escaleras y busqué por el claustro sin encontrarlo, en capilla tampoco estaba y en la zona de arriba donde se encontraban los hornos y la traída de aguas tampoco. Tras preguntar a una de las guías, me dijo sonriente "lo termino de ver asomado en aquella ventana", ¡¡¡lo que me costó encontrarlo!!!, resulta que estaba subido en un muro detrás de unos arbolillos en lo que parecía ser el huerto del monasterio. De camino al claustro, nos encontramos un pequeño detalle y, por desgracia, el único que vi de ese tipo, un angelote adornaba el pasadizo de acceso a dicho huerto, un par de fotos rápidas y a mostrarle a Chus mi escalera...
Después de rondar una rato más por el monasterio, justo antes de salir, paramos en una pequeña tienda para comprar un recuerdo y contribuir con los voluntarios que mantienen el monasterio, unos agradecimientos por alguna explicación puntual y marchamos con una sonrisa en la cara derechos al río.
Tras cruzar un estrecho puente por encima del salto de agua, una verja y al fondo 4 o 5 carteles de propiedad privada (¿en mitad del monte?) no fue impedimento, pasamos por un pequeño hueco de la valla a la que le faltaban unos 2 o 3 barrotes y llegamos al borde del río ¡¡a obturar!!.
Después de estar un ratillo hablando, mientras guardábamos los equipos en las mochilas, decidimos que como ya se nos hacía tarde para volver a comer a casa, buscaríamos algún sitio para comer tranquilamente por la zona y volver a casa por la tarde. Nos enfundamos los cascos y Chus puso rumbo Medina de Pomar... o eso creíamos...
Y hasta aquí puedo leer amigos. Si queréis saber lo que dio de sí la tarde, ya sabéis, podéis seguirme en el blog, Facebook , Twitter y ¡¡¡podéis seguirme por la calle!!!!
aquí tenéis al amigo Chus, buscando el encuadre un poco más de cerca jajajajaja
Después de estar un ratillo hablando, mientras guardábamos los equipos en las mochilas, decidimos que como ya se nos hacía tarde para volver a comer a casa, buscaríamos algún sitio para comer tranquilamente por la zona y volver a casa por la tarde. Nos enfundamos los cascos y Chus puso rumbo Medina de Pomar... o eso creíamos...
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Un saludo y nos vemos pronto
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